🏹 Història de los Sanfermines y el chupinazo

Origen de los Sanfermines Los Sanfermines son unas fiestas que se celebran cada año del 6 al 14 de julio en Pamplona (Iruña), Navarra, en honor a San Fermín, patrón de la ciudad.
Aunque hoy son mundialmente famosas por los encierros, su origen es religioso.
Se remontan a la Edad Media, cuando se combinaban tres celebraciones:
Las fiestas religiosas en honor a San Fermín, que originalmente eran el 10 de octubre.
Las ferias comerciales que atraían a mercaderes.
* Las corridas de toro, que poco a poco fueron desplazando el resto de actividades.
Para evitar el mal tiempo otoñal, en 1591 se trasladaron a julio, coincidiendo con el buen clima.
El chupinazo
El chupinazo es el cohete que da inicio oficial a las fiestas.
Se lanza a las 12 del mediodía del 6 de julio desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona.
* Miles de personas vestidas de blanco con pañuelo rojo se congregan en la plaza del Ayuntamiento para gritar: 👉 “¡Pamploneses, pamplonesas, Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!
Tras el lanzamiento, estalla la fiesta con música, bailes, comparsas, gigantes y cabezudos.
El encierro
El acto más famoso es el encierro, que se celebra cada mañana del 7 al 14 de julioa las 8:00 AM. Consiste en correr delante de seis toros bravos y seis cabestros por las calles hasta la plaza de toros. Tiene unos 850 metros de recorrido y dura entre 2 y 4 minutos
✍️ Relato breve: “El primer pañuelico”

Aquella mañana del 6 de julio, Iker apenas podía contener los nervios. Era su primer San Fermín con sus amigos, y también el primero que viviría con el pañuelico rojo anudado en el cuello.
—¿Estás listo?
—le gritó Mikel entre la multitud.Iker asintió.
Tenía el corazón a mil. De pronto, la plaza del Ayuntamiento entera rompió en un solo clamor.
Miles de voces coreaban “¡San Fermín! ¡San Fermín!”.Cuando el reloj marcó las doce, el chupinazo surcó el cielo, explotando en un estruendo que hizo vibrar el suelo.
Al instante, todos alzaron sus pañuelos y los agitaron al aire.
Iker sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Allí, en medio de aquella marea humana vestida de blanco y rojo, entendió lo que significaba formar parte de algo tan grande.Reía, gritaba, abrazaba a desconocidos.
El vino saltaba en el aire y manchaba las camisas, pero a nadie parecía importarle.
Esa tarde, paseando entre charangas y gigantes, Iker miró su pañuelo rojo manchado de vino y pensó que jamás lo lavaría.
Aquel pañuelico guardaría siempre el recuerdo imborrable de su primer San Fermín